En la primavera de 1952, George Nelson, Charles Eames, y Alexander Girard ocuparon una sala de conferencias del edificio de química de UCLA para realizar la segunda parte de una conferencia, basada (vagamente) en el tema "el arte como un tipo de comunicación". En la actualidad se la conoce como "The Sample Lesson" pero Nelson la llamaba "Arte X", y Eames se refería a ella como "Un simple bosquejo de una lección de muestra para un curso hipotético". Esta conferencia evolucionó de una política propuesta sobre la educación artística que Nelson inició en la Universidad de Georgia en Atenas a instancias de Lamar Dodd, jefe del Departamento de Bellas Artes.
El programa de Georgia, al igual que la mayoría de los programas de arte de esa época, seguía la tradición clásica: cursos teóricos, clases de dibujo y pintura, diseño, talleres de manualidades para tejido, pintura de pantallas, cerámica. Nelson observó que, si bien ese tipo de instrucción tenía un valor evidente, la capacitación no siempre abordaba la realidad de sus estudiantes, muchos de los cuales se especializaban en arte por una fuerte vocación o interés, y no para recibir una capacitación profesional. En "Arte X = El experimento Georgia", un ensayo de Nelson de 1954 escrito para la revista Industrial Design y posteriormente republicado en su libro Problems of Design (Problemas de diseño), Nelson se pregunta: "¿tiene sentido para una chica cuya principal ambición es convertirse en ama de casa pasar cuatro años en una carrera de escultura o pintura? Quizás sí, pero el verdadero problema ¿no es fomentar el entendimiento y la capacidad creativa de manera que estas cualidades puedan emplearse en cualquier situación? Y si este fuera el verdadero problema, ¿cómo lo resolvería una escuela? ¿La instrucción intensiva en dibujo y modelado son la mejor alternativa? ¿O es un método que se usa simplemente porque siempre ha sido el método utilizado en las escuelas de arte?"
Si bien el ejemplo del ama de casa puede estar pasado de moda, el razonamiento de Nelson en cuanto al desarrollo de un plan de estudios de arte adaptable y con un enfoque universal (uno que transmita la esencia de modo creativo y sin horas innecesarias en un taller), sigue muy vigente. Postuló que al usar ayudas mecanizadas como diapositivas, películas y audio, la experiencia de aprendizaje puede agilizarse y aumentarse. "Era perfectamente claro que se estaba perdiendo demasiado tiempo con métodos desarrollados originalmente para otros fines", explica. "Por ejemplo, una clase se demoró dos semanas para completar un ejercicio que demostraba que un color determinado no constituía una cantidad fija para el ojo sino que parecía cambiar de acuerdo con los colores que lo rodeaban. En una clase de física, eso podría haberse demostrado en cinco minutos con un simple aparato, y con la misma eficacia".
La facultad respondió positivamente a las ideas de Nelson, y fue invitado a formar un pequeño comité de consejeros y a volver con una propuesta más desarrollada. Reclutó a Charles Eames para crear otra presentación para refinar y expandir aún más la línea inicial del concepto. Sin embargo, esta vez, sus ideas progresivas se enfrentaron con hostilidad y confusión. La facultad se sintió amenazada por la idea de ser reemplazados por máquinas, y de que el rendimiento fuera evaluado de manera cuantificable. "Esa noche, Eames y yo conversamos acerca del revuelo que causamos con conceptos que considerábamos inocuos", recuerda Nelson. "Sentíamos que lo más importante que debíamos comunicar a los estudiantes era un conciencia plena de las relaciones". Decidieron que el concepto se demuestra haciendo y predicaron con el ejemplo: Iban a crear una clase de muestra. Al reclutar a Girard en el equipo, comenzaron con la creación del currículo.
Más que una conferencia, fue un gran espectáculo multimediático: el equipo usó películas, diapositivas, sonidos, música, narración, e incluso olores, para aclarar el tema. De acuerdo con Charles, Eames Office ya había estado trabajando en su película A Communications Primer, de donde tomaron prestadas varias secuencias de imágenes y que, en gran medida, determinaron el tema de 'The Sample Lesson'. (Nelson no corrobora esta historia). Cuando el grupo se juntó a presentar la conferencia, Nelson recuerda: "fue como si hubiésemos estado sentados en la misma habitación durante semanas y meses porque todo encajaba. Incluso las referencias que ofrecía Eames se adaptaban a las referencias que ofrecíamos nosotros. Fue un momento extraordinario". Nelson pinta un retrato vívido de cómo se desarrolló la lección en su ensayo de 1954:
Se muestra una diapositiva en la pantalla con una obra de naturaleza muerta de Picasso. La voz del narrador la identifica, agrega que es un tipo de pintura conocida como "abstracta", que es correcta en el sentido de la palabra, dado que el pintor abstrajo los datos que consideraba necesarios y los dispuso del modo que deseaba y consideraba pertinente. La siguiente diapositiva muestra una sección de Londres. La voz seca identifica esto como una abstracción también, dado que de todos los datos posibles sobre esta área, solo se seleccionó un diagrama de las calles... La cámara se acerca al mapa hasta que se muestran algunos parches de color brillante... luego cambia a una vista distante de Notre Dame, seguida por una serie, que lo acerca cada vez más. El narrador cita la catedral como una abstracción, el resultado de un proceso de selección y descarte... la secuencia de diapositivas simples se convierten en una proyección de tres diapositivas... La música de órgano sube de repente justo en el momento en que se detiene la narración. El interior se convierte en el primer plano de un vitral. Comienza a sentirse el aroma del incienso. El ambiente se disuelve en sonido, espacio y color.
'The Sample Lesson' fue un evento de seis días que se realizó en UCLA, luego de su presentación inicial en Georgia, y en el tercer show, el auditorio de UCLA había llegado a capacidad, y el público se rebalsaba a los pasillos. Incluso habían personas que asistieron más de una vez; una de ellas resultó ser una joven graduada llamada Mildred "Mickey" Friedman. Posteriormente, Friedman pasó a ser la Curadora de diseño en el Walker Art Center de 1972 a 1979. En 1979, comenzó la investigación para una nueva exposición titulada Nelson/Eames/Girard/Propst: El Proceso de Diseño en Herman Miller (1975). En una entrevista telefónica reciente desde su casa en Nueva York, Friedman recuerda sus motivos para el montaje del show. "Estaba muy familiarizada con el trabajo de toda esta gente y era muy fanática de la empresa Herman Miller, a pesar de que ellos no vivían en Los Ángeles en ese momento", dice. "En el Walker, siempre tratábamos de aportar nuevas ideas a las personas a través del Departamento de Diseño, y una de las maneras de hacerlo fue a través de las exhibiciones. Ellos contaban con muchos materiales hermosos, muebles preciosos, y otras ideas increíbles sobre las exhibiciones en sí, por eso, para mí fue una combinación ideal".
Para su investigación, Friedman viajó por todo el país para entrevistar a cada uno de los diseñadores y preguntar sobre su historia y relación con la compañía y con los demás diseñadores. En esta época, Nelson, Eames y Girard habían pasado mucho tiempo sin contacto, y la exhibición sirvió como broche final para las décadas de trabajo que vertieron en Herman Miller a comienzos de la década de los cincuenta; también fue una señal positiva de la dirección en la que Robert Propst llevaría a la empresa en las tres décadas posteriores. "Eran personalidades muy diferentes, por supuesto", dice Friedman. "Charles era el más elegante de los caballeros, pero eran todos muy interesantes y cuidadosos, y creo que todos estaban felices de ser parte de Herman Miller, porque Herman Miller les permitía desarrollar nuevas ideas, que es lo que ellos deseaban hacer".
“En el Walker, siempre tratábamos de aportar nuevas ideas a las personas a través del Departamento de Diseño, y una de las maneras de hacerlo fue a través de las exhibiciones. Ellos contaban con materiales muy hermosos, muebles preciosos y otras ideas increíbles sobre las exhibiciones en sí; por eso, para mí fue una combinación ideal”.
- Mickey Friedman
En sus entrevistas, que recientemente depuramos y restauramos de las cintas originales, Friedman le pide a cada diseñador que le cuente qué recuerdan sobre 'The Sample Lesson', evento que a ella le dejó un recuerdo imborrable durante más de 20 años. "Como uno de esos estudiantes afortunados que lo experimentaron, soy totalmente consciente de que The Sample Lesson fue... una inmersión en imágenes y sonidos a gran escala, antes de su tiempo", explica en su prólogo al catálogo de la exhibición. "La lección, un intento genuino de ampliar la educación artística, demostró cómo las imágenes y los sonidos bien elegidos pueden compensar aquello que Eames denomina falta de vitaminas en los estudiantes".
Pero The Sample Lesson también es una de las primeras colaboraciones entre Nelson, Eames y Girard más allá del reino del diseño de mobiliario. A pesar de que cada uno recuerda cosas diferentes, que en ocasiones incluso se contradicen (tal como dice Charles, las entrevistas son "un verdadero Rashomon"), una verdad persiste: The Sample Lesson enseñó a cada diseñador algo sobre el potencial único en su estremecimiento creativo, y hoy en día, a pesar de las instituciones obstinadas e irreductibles o un público desprevenido, la suma del material de lo que crearon perdura. Tal como lo expresa Nelson en la conclusión de su ensayo sobre el Experimento Georgia: "Arte X dijo lo suyo en una industria local porque la industria nos ha dado más y mejores maneras de decir las cosas. Las imágenes, que parpadearon entre las diversas pantallas fueron hechas por máquinas, desarrolladas por máquinas y proyectadas por máquinas. Las voces, la música y los sonidos se registraron, amplificaron y volvieron a reproducir electrónicamente. Pero fueron las personas las que dijeron las palabras, escribieron la música y realizaron la declaración final. Es por eso que no debemos temer a nuestras herramientas, incluso en la educación. Es posible que el docente sea menos visible en el aula moderna, pero sigue allí".
“Las imágenes, que parpadearon entre las diversas pantallas fueron hechas por máquinas, desarrolladas por máquinas y proyectadas por máquinas. Las voces, la música y los sonidos se registraron, amplificaron y volvieron a reproducir electrónicamente. Pero fueron las personas las que dijeron las palabras, escribieron la música y realizaron la declaración final”.
- George Nelson