El diseñador y escultor Isamu Noguchi una vez definió la esencia de la escultura como "la percepción del espacio; el continuo de nuestra existencia". Para Noguchi, todo es una escultura y en Martha Graham, quizás la bailarina y coreógrafa moderna más importante de Estados Unidos, encontró a la colaboradora perfecta. Esa alianza coreógrafa - diseñador de escenografías, utilería y vestuario, se extendió por tres décadas, y juntos produjeron 18 danzas originales, entre ellas, obras maestras de Graham como Appalachian Spring (1944), Night Journey (1947) y Phaedra (1962). La escuela del movimiento de Graham es violenta, hermosa y extraña, y mientras habitaba los sets calmos y sugestivos de Noguchi, solía explorar el paisaje mitológico griego, bíblico y estadounidense. Si las danzas de Graham servían para reimaginar el cuerpo moderno en el espacio, entonces era Noguchi quien se encargaba del escenario mismo. Despejados, abstractos y esenciales, los sets de Noguchi podían ser tan simples como una hilera de soga para Frontier (1935) o tan fatídicos y complejos como el vestido de metal con forma de jaula que diseñó para Cave of the Heart (1946). "Yo me sentía una prolongación de Martha, y ella era una prolongación de mí", una vez dijo Noguchi. Aquí presentamos a los dos artistas en sus propias palabras.
Existe una curiosa intimidad entre artistas en colaboración. Una cercanía distante. Desde el principio, hubo un idioma tácito entre Isamu Noguchi y yo. Nuestra trabajo juntos debe haber tenido en su génesis un mito, una leyenda, un trozo poético; siempre surgía en mí desde Isamu algo de extraña belleza y excepcionalidad.
–MARTHA GRAHAM
Hice una cabeza de la gran bailarina Martha Graham poco tiempo después de regresar a Estados Unidos [en 1929]. En ese entonces, no era conocida, pero vivía a la vuelta de la esquina de Carnegie Hall, cerca de donde yo tenía un estudio; por eso, yo solía ir a presenciar sus clases. Estaba lleno de lindas chicas, y yo las dibujaba.
–ISAMU NOGUCHI
La primera colaboración en la que trabajamos Isamu y yo fue Frontier, en 1935, y a partir de entonces seguiríamos trabajando juntos durante los próximos cincuenta años. Nuestra colaboración finalizó en diciembre de 1988, el día en que murió Isamu; incluso en ese momento estábamos trabajando juntos en futuros proyectos. Tal como era nuestro estilo, prestábamos atención al acto de mutar, no al pasado.
–GRAHAM
Usualmente, ella me llamaba en plena noche y me decía “Isamu, necesito tu ayuda; tengo una idea maravillosa y deseo contártela”. Entonces yo iba a verla y ella empezaba a contarme lo que quería hacer... Entonces, yo regresaba a casa y luego le presentaba un esquema que comprendía dicho tema emocional.
–NOGUCHI
A veces recibía golpes en los brazos, cuando veía a Martha y Noguchi peleando entre sí, ambos, porque estaban tan metidos en lo que estaban haciendo. “Vete”, me gritaban. Isamu venía al día siguiente y se arreglaban. En el arte, eran como un matrimonio.
–TAKAKO ASAKAWA, EX BAILARÍN DE LA COMPAÑÍA DE MARTHA GRAHAM
Cuando necesité una cama en Night Journey, le pedí a Isamu Noguchi que me trajera una cama que fuera muy diferente de cualquier cama que hubiera visto antes. Es la representación de un hombre y una mujer, nada parecido en absoluto a una cama. Me trajo una imagen de una cama desnuda hasta los huesos, en su esencia.
Isamu creaba su trabajo principalmente a partir de una idea que yo le daba o alguna idea que él me presentaba. Tal vez, yo le presentaba el esqueleto de una idea y él me la devolvía convertida en algo completo. Yo nunca le decía a Isamu qué hacer ni cómo hacerlo. Él tenía un gran sentido del espacio y su uso en el escenario.
Cuando necesité un espacio para Medea en el escenario, el corazón de su ser, Isamu me trajo una serpiente. Y cuando me inquietaba lo que para mí, era el problema irresoluble de representar a Medea escapando para regresar con su padre el Sol, Isamu me diseñó un vestido trabajado a partir de piezas de cable de bronce, brillantes y vibrantes que se convirtieron en mi traje y me llevaron por todo el escenario como mi carroza de fuego.
–GRAHAM
La perpetua colaboración entre Isamu Noguchi y Martha Graham en Estados Unidos [Ballets Rusos fundados por Sergei], la creencia de Diaghilev en el uso de los diseños de artistas visuales para la danza… Dos de los coreógrafos modernos más influyentes, Merce Cunningham y Paul Taylor, pertenecieron a la compañía de Martha Graham, y ambos fueron inspirados por la duradera relación artística entre Graham y el escultor. Cada uno ha buscado activamente involucrar a artistas visuales en el diseño de sus danzas. Las colaboraciones más obvias en este linaje son Cunningham con Robert Rauschenberg y Taylor con Alex Katz.
–ROBERT TRACY, COMPOSITOR DE DANZA
Lo que hace Martha es dialogar con la audiencia. Yo logro un diálogo con el medio ambiente... Martha, cuando hace uso de mis escenografías, enriquece el significado. Yo sugiero algo, pero ella específicamente lo convierte en experiencia. Se trata de una nueva experiencia. También forma parte de la experiencia escultórica.
–NOGUCHI
Yo creo que la genialidad de su colaboración es que encontraron la forma de hacerla perpetua. Su alianza artística no finalizó con la terminación del set y la presentación de la coreografía. La interacción entre estos dos artistas continúa hasta la actualidad. Existe siempre que un bailarín de Martha Graham y una escenografía de Isamu Noguchi ensayen juntos, desafiándose e inspirándose uno al otro para tener un impacto mayor en su próxima audiencia.
–JANET EILBER, DIRECTORA ARTÍSTICA DE LA COMPAÑÍA DE DANZA DE MARTHA GRAHAM
La relación de la danza con su ambiente es importante; por esta razón realizo escenografías. Para mí, la danza es una extensión del aire escultórico, el aire en el cual nos sentamos por casualidad. Decir simplemente que la danza es otra forma de arte no es suficiente. El arte es más que lo que uno está mirando.
–NOGUCHI
Todo lo que hace tiene un significado. No es abstracto, excepto que pienses en que el jugo de naranja es una abstracción de la naranja. Cualquier cosa que hacía, lo hacía como si fuera un jardín Zen, un retorno a lo fundamental de la vida, del ritual. Olvidé quién lo dijo, pero Noguchi ilustra el “shock del reconocimiento”.
–GRAHAM
Ver que la escultura cobra vida en el escenario en su propio mundo del tiempo sin tiempo produce alegría. El aire se carga de significado y emoción, y la forma juega su rol integral en la reelaboración de un ritual. El teatro es una ceremonia; la presentación es un rito. La escultura en la vida diaria debería o podría ser así. Mientras tanto, el teatro me aporta su equivalente poético, exaltado.
–NOGUCHI
Se dice que los chamanes, los hombres sagrados del pasado, son los artistas de la actualidad. Para mí, es en este rumbo que Isamu transitó y dirigió la memoria de nuestra sangre. Me llevó a imágenes que nunca antes había contemplado y le dio una nueva vida a las obras que yo que había creado.
–GRAHAM