Éste hubiera sido el 80.º cumpleaños de Bill Stumpf. Conociéndolo tal como lo conocí, estoy seguro de que se hubiera fumado un cigarro (o tal vez dos), preparado un Martini y celebrado con sus amigos y familiares. Hubiera habido buen jazz, rica comida y muchas risas. Para Stumpf, estos rituales y placeres aparentemente simples representaban algo más. Representaban lo que nos hace humanos. Él comprendía muy bien lo que nos hace humanos: nuestros logros y fracasos. Stumpf estaba en contra de todas las cosas del mundo que fueran innecesariamente opuestas al ser humano y, como diseñador, buscaba la manera de corregirlas. Y así, básicamente, comienza la historia de cómo él y Herman Miller crearon la primera silla ergonómica del mundo.
Hoy resulta difícil imaginar que antes de 1976, la mayoría de las personas en oficinas se sentaban en sillas primitivas e incómodas. Ese fue el año en que Stumpf y Herman Miller introdujeron Ergon y cambiaron para siempre el mundo de la sillería de oficinas. Se trató de una revolución que al parecer provenía de la nada, pero sus orígenes surgían de una idea tan antigua como la humanidad misma: el confort.
Las exploraciones de Stumpf en materia de confort comenzaron a principios de la década de 1970, cuando empezó a trabajar en Herman Miller Research Corporation bajo la dirección de Robert Propst. No obstante, rápidamente se cansó de la vida corporativa y regresó a Madison, Wisconsin, con el aval y el apoyo financiero de Herman Miller con el propósito de explorar ideas para un nuevo tipo de silla. Pronto regresó con el concepto de Ergon.
El filósofo y escritor William Gass definió el confort como la “falta de percatación o conciencia”, y Stumpf partió desde esta definición como meta de lo que podría lograrse gracias al diseño ergonómico. Pero él extendió el confort para trascender lo físico e incluir también el ámbito psicológico y emocional. Como preludio de su primer diseño de silla para Herman Miller, Stumpf especificó los criterios del confort, muchos de los cuales han sido reimaginados por el artista Mike Perry en la animación que acompaña este artículo. Estas ideas provienen de su libro conceptual Ergon, y fueron fundamentales para su propuesta que resume la primera silla del mundo diseñada con rendimiento ergonómico como criterio.
Los criterios de confort de Stumpf han formado de manera directa e indirecta cada diseño de las sillas de Herman Miller desde 1976, entre las que se incluyen las sillas Equa, Aeron, Mirra, Embody y Sayl. La lista fue evolucionando a medida que fue evolucionando la manera de pensar de Stumpf y, con el tiempo, se amplió hasta incluir 22 puntos fundamentales. Su investigación detallada y su visión demandante de lo que debería hacer un diseño son tan actuales y desafiantes en la actualidad como lo fueron hace cuatro décadas. Sus criterios, incluidas las cinco animaciones vistas aquí, siguen siendo de gran ayuda para definir y redefinir la sillería de alto rendimiento, con una mirada equilibrada entre confort, función y estética.