Cuando desarrollaron Overlay, Ayse Birsel y Bibi Seck empezaron a buscar claridad y a ordenar las oficinas abiertas. Buscaron la inspiración en conceptos de planificación urbana y diseñaron Overlay para crear un patrón de esquemas integrados pero distintivos con el fin de que las personas pudierann desplazarse intuitivamente por el lugar de trabajo.
También buscaron inspiración en la reconciliación de las dicotomías. Su investigación de diseño reveló que las personas tienen un mejor rendimiento en entornos que ofrecen “social buzzex” y una sensación de límite, como trenes, aviones y cafés. Se dieron cuenta de que las personas querían ver y ser vistas como parte de una comunidad, incluso si trabajaban solos. También percibieron que las personas son más productivas con un sonido ambiente de fondo, pero no cuando pueden oír datos concretos de una conversación.
Overlay se diseñó con el fin de crear valor a largo plazo para las organizaciones al hacer que las necesidades y los deseos aparentemente opuestos —abiertos y a la vez cerrados; solo y a la vez juntos; limpios y a la vez desordenados— coexistan. Tal como dice Birsel, “si puedes hacer que dos opuestos coexistan, puedes disfrutar de ambas cosas”. Cuando se trata de una oficina, Overlay hace que lo imposible sea posible.