Max De Pree, 1924-2017
Las relaciones con diseñadores y arquitectos del ex CEO, Max De Pree, pusieron al diseño centrado en los seres humanos y la solución de problemas en el centro mismo de la empresa, donde se desempeñó durante más de 40 años.
Escrito por: The Editors
Ilustración de: The Herman Miller Archives
En Zeeland, Michigan, podemos recorrer una típica calle pueblerina bordeada de típicas casas pueblerinas (techos a dos aguas, postigos pintados, revestimientos de tablones y todo lo demás), hasta toparnos con algo realmente distinto. Al principio, parece tratarse de un error o de que falta una casa. Al acercarnos más, encontraremos un conjunto de construcciones rectangulares bajas de techo plano, apartadas de la calle en el bosque del fondo. Se trata de la casa que Charles y Ray Eames diseñaron en 1952 para su amigo y colega, Max De Pree, uno de los tres hijos del fundador de Herman Miller D. J. De Pree, y para su mujer, Esther, y sus cuatro hijos. Al igual que el hombre que la encargó, la casa es modesta, accesible, adecuada, cálida y absolutamente única.
Max De Pree colaboró para que Herman Miller fuera líder en el diseño centrado en el ser humano y la filosofía de la administración. Max, último De Pree en ocupar el puesto de CEO, codificó los valores de la empresa en una serie de libros sobre liderazgo, de los cuales se terminaron vendiendo más de un millón de copias en más de 20 idiomas en todo el mundo. Se lo recordará con cariño por acuñar conceptos como “liderazgo al servicio” y “capitalismo inclusivo”
que se han arraigado profundamente en nuestra cultura. En 1970, Max se pronunció de forma poética acerca de una fábrica de Herman Miller en el Reino Unido enunciando: “Nuestra meta es hacer un aporte al paisaje que tenga valor estético y humano”. Si bien es posible que haya tenido solo una construcción en mente, los aportes que realizó a lo largo de su vida son trascendentes.
“Max era simplemente un ser humano maravilloso y completo. Hacia el final de su vida, tuvimos varias conversaciones que nos conectaron y transmitieron el compromiso de su familia con Herman Miller. Me enseñó muchas cosas: cómo escuchar, cómo hacer preguntas y, sobre todo, la deuda que todos los líderes tienen con las personas a quienes ofrecen su orientación.”
—Brian Walker, CEO, Herman Miller
“Fui amigo de Max durante 50 años. Es la persona con más principios que he conocido: estricto y, a la vez, amable y generoso, un ejemplo de sabiduría, calidez y espiritualidad. Fue un gran docente y mi tutor durante los primeros años de mi vida profesional. Aún uso las tarjetas de notas con los bordes redondeados que me dio para organizarme. Y lo más importante: he aprendido gracias a las charlas con Max que la ética y los negocios son compatibles.”
“No he visto a Max muy seguido todos estos años, pero cada vez que he visitado a Max y Esther, ha sido como si no hubiéramos estado separados durante mucho tiempo. Esa intimidad inmediata, la gran sonrisa de Max en cuanto yo entraba a la habitación, lamentablemente no la volveré a tener.”
—Rolf Fehlbaum, Presidente Emérito, Vitra
“Max tenía una manera sorprendente y original de describir y valorar todas las cosas importantes que no se pueden ver: el potencial humano, el espíritu corporativo e, incluso, el amor. Su legado se extiende más allá de la empresa que dirigió, y todos nosotros, que somos parte de la comunidad de Herman Miller, lo extrañaremos, y a diario nos beneficiaremos con los regalos que él y su familia nos brindaron. Su humor siempre me hará sonreír, y sus reflexiones me seguirán asombrando durante mucho tiempo.”
—Clark Malcolm, redactor, editor y amigo, Herman Miller
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