Rohde encontró su camino hacia el diseño de muebles después de haberse desempeñado como ilustrador para moda y tiendas por departamento. Inspirado por sus propios estudios autodidactas y una visita a Bauhaus, Rohde emprendió un camino de ideales modernistas y diseño para las masas. Sus predicciones han resultado proféticas: El paisaje doméstico sufriría grandes cambios: los espacios más pequeños y las viviendas urbanas se volverían cada vez más comunes. Los puntos de vista poco ortodoxos de Rohde (“Lo más interesante de un hogar son las personas que lo habitan y yo hago diseños para ellas”) continuarían comunicando el enfoque actual de Herman Miller hacia el diseño centrado en las personas.
Rohde se acercó a De Pree en la sala de exhibición de Herman Miller en Grand Rapids, Michigan, en busca de un productor para su mobiliario moderno, y le explicó que la reproducción de muebles que la empresa realizaba en ese entonces no estaba en sintonía con la vida moderna, además de ser, básicamente, deshonesta. El argumento moral hizo eco en De Pree. Como no podían permitirse el lujo de comprar los dibujos de diseño directamente, Rohde aceptó “honorarios de consulta” de USD 100 y 3 % de las ventas futuras: este sería el primer contrato de regalías en la industria. De Pree no enganchó de inmediato, de hecho, pensó que los diseños eran sencillos. Pero se había quedado sin opciones y Rohde había causado una buena impresión:
En Herman Miller, Rohde demostró el impacto que el diseño podría tener en el funcionamiento de un negocio. No solo consultó el diseño de productos, sino que también evolucionó los procesos de fabricación y le enseñó a la empresa cómo vender mediante la producción de los primeros catálogos y salas de exhibición dedicados a los muebles modernos. Durante su gestión como el primer director de diseño de la empresa, las ventas mejoraron drásticamente. Más tarde, De Pree plantearía que conocer a Rohde fue “providencial”, porque le abrió los ojos a una manera diferente de ver y, a su vez, trazó el futuro de la empresa en el diseño moderno. “Ya no solo se fabrican muebles”, dijo Rohde a De Pree. “Se crea una forma de vida, un estilo de vida”.
La asociación con Rohde puso a Herman Miller de cabeza en el camino hacia el diseño práctico a la vanguardia del modernismo estadounidense. Aún más importante, estableció un rol fundamental para los diseñadores externos en el corazón de la empresa, un posición que el sucesor de Rohde, George Nelson, amplió definitivamente y usó para catapultar a Herman Miller al escenario global. “Realmente nos apoyamos en Rohde”, señaló Nelson.