Productos de Markus Jehs y Jürgen Laub
Markus Jehs y Jürgen Laub estudiaron diseño industrial en la Universidad Schwabisch Gmund de Alemania y se graduaron en 1992. Su amistad comenzó en 1990, durante una pasantía en Nueva York. Cuatro años más tarde, fundaron conjuntamente un estudio de diseño, Jehs+Laub, en Stuttgart. En los años posteriores, diseñaron mobiliarios, vajillas, artefactos de iluminación, e interiores para diversas empresas entre las que se incluyen Cassina, Daskina, Fritz Hansen y Mercedes-Benz, entre otras.
Estos diseñadores alemanes absorbieron la tradición Bauhaus, de ahí la esencia del vocabulario de diseño de Jehs+Laub: fantasioso, escultural y único, es mantenerse fiel a la forma, los materiales y la función del objeto. “La apariencia de un diseño no debe alejarse de su función”, dice Jürgen. “Nos resistimos a estilizar. Las partes de un diseño que son agradables pero que no son necesarias, desaparecen. La función aporta su propia estética, y eso tiene un efecto mayor”.
La alineación lógica entre esta filosofía y el ADN de diseño propio de Herman Miller contribuyeron a esta sociedad natural. “Si observas el Grupo Eames Soft Pad, el modo en que las sillas combinan la fabricación industrial con lo artesanal dice mucho de Herman Miller”, agrega Markus. “Lo que ya está en el ADN de Herman Miller (que comienza de manera muy industrial y evoluciona volviéndose más humano, más emocional en la expresión del diseño), es algo que realmente deseamos para nuestro mobiliario”.
Para esta dupla, siempre ha sido importante compartir valores de diseño comunes, y esto incluye su deseo de aprender de otras culturas. Mientras estudiaban diseño en Alemania, echaron raíces en una determinada escuela de pensamiento; como recuerda Markus: “la pasantía en los Estados Unidos fue un mundo completamente diferente”. Desde ese momento procuraron trabajar con clientes de todo el mundo que complementaran su perspectiva. “Nos dimos cuenta de que nuestra sensibilidad en cuanto al diseño alemán era muy útil, pero estamos moldeados por nuestras experiencias con otras culturas como la italiana o la americana”, dice Jürgen. “Siempre queremos aprender más. Somos curiosos. Al conocer a otras personas, evolucionamos nosotros mismos”.